Memoria y legado

*A Guillo, maestro de caminos, del artehacer y la comunicAcción.

Este espacio está dedicado a mantener viva la memoria de los fundadores de Tallerarte, Guillermo Villegas Mejía (195-2017) y su hija Tania Villegas (1972-2009).

Guillermo Villegas Mejía

El maestro Guillermo Villegas Mejía fue un hombre con una sólida formación ideológica, honesto, sereno, piadoso e íntegro. Un poeta «galopante», con asombro y humanidad ardiente y directa. A veces tierno, a veces férreo. Sabía lo que significa la transformación, la lucha y la responsabilidad. Su grito ambicioso fue desde los lugares marginales, desbordaba de bondad desde las entrañas de su ser.

Resistencia, verdad, amor, dignidad, solidaridad, son algunos de los valores que lo definen como padre, abuelo, obrero, artista y maestro. Viajero de sueños y utopías, pasó gran parte de su vida extrayendo el talento y la creatividad de su interior, aborrecía la jerarquía universitaria y la élite artística con su discurso sobre la técnica. Así, se convirtió en autodidacta. Experimentó con la literatura, la escultura, la pintura, el dibujo, y desarrolló su propio método pedagógico con un lenguaje vivo y rebelde. Creó un modelo de intervención artístico social radical, en contraste a la violencia urbana. Lo más conmovedor de Guillo es que no se detuvo pese a las dificultades económicas, no importó cuánto pasó y no importó cuánto sufrió en su vida. Vio morir a una hija, vivió con los campesinos, compartió con los indígenas, trabajó con jóvenes desmovilizados de grupos armados, viajó a los confines de Colombia y luchó constantemente contra la pobreza espiritual, seguro de que los seres humanos están hechos de otra manera, indisolublemente ligados a la justicia.

El maestro Guillo deja un legado de nobleza, dignidad y valor, expresado en una producción artística, una metodología pedagógica y un taller de creación; una genuina voz poética que añade su propio testimonio a nuestro tiempo de la Medellín que resiste a la muerte.

Prosemas

Ahora existe un espacio en mi cerebro
en donde tu imagen reside por derecho
propio. De allí nada te desalojará
jamás.

En el día séptimo
el señor descansó,
yo también espero
con afán
toda una semana
para volver a verte

Nena:
¿crees tú, conmigo, que
la atracción mutua,
la sensualidad,
el fuego/amor,
el goce sensual
no tienen edad…
nunca pasan de moda?

mi corazón te ha escuchado
y en él, tu voz
se ha sublimado
luego, has callado.
Así, mi corazón
No puede andar.
hoy mis oídos solo
quiere escuchar tu voz
el resto
del universo ¡ha enmudecido!

Dibujos en carbón

Escultura

Línea contínua

Pintura

Tania: lucha y convicción

Tania Juana Inés Villegas Corral

Hija mayor de la unión entre Guillermo Villegas Mejía y Virginia Corral. Nació el 26 de septiembre de 1974 en Florencia, Caquetá.

Tania estudió Trabajo Social en la Universidad de Antioquia y se unió a su padre, junto con sus hermanos, al proyecto de escultura social Tallerarte cuando tenía veinte años aproximadamente.

Se caracterizó por darle forma y fortaleza desde la gestión cultural al proceso artístico de su padre, a quien comprendió y supo acompañar para el crecimiento del taller.

Principalmente se desempeñó como una líder artístico y cultural. Llevó la bandera administrativa y social de la corporación cultural Tallerarte y promovió, por medio de esta, un sinfín de actividades y proyectos artísticos para las y los habitantes de la comuna 6.

También lo hizo así en otros escenarios de la actividad política y social de la ciudad. Trabajó en estrategias y soluciones para las problemáticas de la comuna por medio de distintas mesas de debate. 

Fue un golpe para el proceso artístico, su familia y comunidad cuando el 10 de julio de 2009 falleció en un accidente automovilístico.

Tania tuvo una hija, Tania Manuela Molina Villegas, quien en la actualidad hace parte activa de Tallerarte y continua el legado de su familia.

Su padre le escribió el siguiente poema:

Tania, hija

¿Sabes? No te preocupes
soy tu roble acerado
como siempre

No, hija, no te preocupes
soy tan fuerte
como me has pedido

No, no soy quien gime, no.
Es él, mi corazón
que a sí mismo se estruja, se estruja

No, no soy yo
Son mis resecos ojos que
de repente cataratan, cataratan

No hija, no soy yo
es este, mi rostro de piedra
que en este cataclismo
en una mueca dura
se contrae, se contrae

No, no soy yo
es mi ser todo
que se agrieta, que se agrieta

No, hija, no soy yo
es esta alma mía quien
ante este gran vacío
grita…
y grita…
y grita…

José Luis García, tallerista, realiza el busto de Tanía en arcilla que luego se copia a fibra de vidrio.