¡Nuestras armas! Nuestros instrumentos de esperanza! Ahí están las manos de quienes las empuñan. Con estas armas nos paramos firmes y sin miedo, aferrándonos a las ideas de dignidad, respeto y compasión que tenemos como seres humanos. Estas armas nos ofrecen la oportunidad de reflexionar a través de la arcilla y abrazar nuestra humanidad común. Nuestras armas son objetos de curación.